Temor, no miedo, es lo que me inundaba ayer bien tempranito. Para conquistarlo y anularlo no hay nada como enfrentarse a él y desactivarlo.
A las 07:00 había quedado con Manolo y Juan Carlos para poner rumbo a Sevilla, mañana bastante fría con niebla incluida. Desayuno en el camino y llegada a muy buena hora al olímpico. Aparcamos y llamo a Miguelón que nos estaba esperando con los dorsales. Estupendo ambiente de carrera y muchísima gente por los alrededores del estadio. Haciendo algo de tiempo tuve la suerte de conocer y saludar a los amigos Barroso y David Matraca, nos hacemos unas fotos y nos animamos mutuamente de cara al 19F, un autentico lujo tener amigos de este calibre. Nos preparamos y a calentar y estirar. A la hora en punto se pone en marcha la carrera, nos deseamos suerte y al toro. Mi idea era de llevar un ritmo no muy alto, pero constante en los primero km. y en la segunda mitad si se podía, apretar para probarme siempre dentro de unos límites controlados. Me propongo olvidarme de tiempos y mirar el garmin lo menos posible. En los primeros 5 Km. voy detrás de Juan Carlos a un ritmo algo alto para lo que tenía pensado, pero me iba encontrando bien y decidí seguirlo. A partir del Km. 7 dejé que se fuera ya que cada vez me costaba más seguir su estela.
Todo transcurría según el guión, cada vez estaba mejor y mi abductor hasta el momento me daba tregua. Llego al Km. 10 y miro el Garmin, algo menos de 45 minutos, me animo y calculo que si todo sigue igual puedo hacer un buen tiempo. Van pasando los Km. y muy contento, me siento muy bien y me da la sensación de que cada vez voy mejor. Sobre el Km. 18 empiezo a sentir algunas molestias, pero de fuerzas me encuentro superior. Ya con el estadio en el horizonte decido apretar, adelanto cantidad de corredores y entro en el tartán esprintando. Paro el garmin en 1,34 a 4,36, tres minutejos menos que el año pasado, ahora sí; considerando que el gps me ha marcado 20.490 m. Al final contentísimo más que por la marca por lo bien que me he encontrado aunque con unas ligerillas molestias que siempre están ahí. En la llegada pude saludar a Antonio Morales el cual me dijo que había hecho una carrera controlada de cara al maratón y me animó a que me inscribiera. Volví a coincidir con Barroso e igualmente me animó y me dijo que me esperaba dentro de tres semanas para correr juntos. Miguelón se mostro intratable, 1,26, Juan Carlos sigue en su progresión 1,32 y Manolo contentísimo con su 1,50 y con lo bien que llegó.
Hay que destacar lo bonito del recorrido en relación al año pasado, me encantó el trayecto que trascurrió por el margen del rio, la bolsa del corredor regular y muy mal la organización, es inconcebible que una carrera con tantas ediciones a sus espaldas, cometa estos fallos en las mediciones. Aun no tengo claro lo de mi participación en el maratón, el corazón me dice que sí, pero la cabeza lo contrario. Aun quedan algunos días para decidir….. No se que hacer.